La hoja en una puerta es un elemento que se puede clasificar según el canto, como enrasada, solapada, enrasada o falso solapo.
Por el canto de la hoja se puede clasificar en Puerta enrasada, todo el canto de la hoja queda alojado dentro del galce, del cerco, de manera que la cara de la puerta queda enrasada con la del cerco.
Puerta solapada, el canto de la hoja tiene un resalto o alce de la hoja que solapa sobre el cerco.
Puerta enrasada o falso solapo, la puerta sobresale del cerco pero no la solapa.
Puerta enrasada, la puerta tiene un galce ajustado al cerco.
Hay dos tipos por la apariencia del canto: Canto culto, la chapa exterior del paramento cubre canto superpuesto y Canto visto, la chapa exterior del parámetro no cubre el campo superpuesto.
En cuanto a las puertas, se pueden clasificar por aspecto, como puertas para barnizar, aquellas en las que recomiendan su barnizado, puertas para pintar, son aquellas para las que se recomienda su pintado y puertas revestidas, son aquellas cuyos parámetros están recubiertos por un material distinto de la madera, por ejemplo melanina.
Las puertas pueden ser de interior, que separa las distintas estancias interiores de un edificio, o de exterior, que separa una vivienda, edificio, o local del exterior.
Las puertas especiales además de cumplir con los requisitos característicos del lugar donde está instalada, tienen otras características especiales.
Las puertas pueden ser de una o varias hojas rígidas, y pueden ser de vaivén, pivotantes, correderas, telescópicas, correderas plegables, guillotina, basculante, giratoria o de torniquete.
Las puertas de carpintería en relieve, es aquella en la que los paramentos de la hoja presentan combinaciones decorativas superficies planas de distintos espesores.
Está compuesta fundamentalmente de madera o tableros derivados de la misma, formando un bastidor y la parte central o plafones.