La incorporación en la empresa de personas con discapacidad aporta, a la imagen de la empresa, la dimensión social que cada vez es más apreciada y demandada por la sociedad, además de una nueva sensibilidad que quizá no se poseía y una serie de beneficios fiscales y contributivos para el ente contratante. Como otras discapacidades, la ceguera no es un impedimento para el trabajo y ha dejado de ser un muro infranqueable, ya que la tecnología permite superar múltiples barreras. Miles de trabajadores ciegos así lo demuestran, cada vez con mayor rentabilidad para sus empresas y a un ritmo de eficiencia similar al de otros compañeros sin discapacidad. Desde la Bolsa de Empleo de la ONCE se realiza una rigurosa y ajustada selección del profesional requerido, de acuerdo al puesto y a la necesidad a cubrir en cada momento. Además, ONCE costea en su totalidad las adaptaciones del puesto de trabajo que van a permitir al profesional ciego dar respuesta a la necesidad y tiempos de su empresa. La ONCE dispone de los mecanismos de formación necesarios para conseguir que, en todo momento, los profesionales con discapacidad puedan dar la mejor respuesta existente en el mercado, según la necesidad de la empresa. Decenas de empresas ya han comprobado las ventajas que supone la incorporación a su plantilla de estos profesionales. La oferta de servicios que prestan los profesionales ciegos o con deficiencia visual es cada vez más amplia, como son: Telefonistas, Administrativos, Fisioterapeutas, Abogados, Profesores, Informáticos, Trabajadores Sociales, Economistas, Psicólogos, Redactores, Diseñadores, Gestores o Consultores de accesibilidad.