Las puertas frigoríficas son un elemento clave para garantizar el correcto funcionamiento y la eficiencia energética de una cámara frigorífica.
Las puertas frigoríficas correderas son aquellas que se deslizan sobre un carril, sin necesidad de abrir hacia el exterior o el interior de la cámara.
Esto supone una gran ventaja cuando el espacio disponible es reducido o cuando se quiere evitar el choque con otros elementos de la instalación.
Las puertas frigoríficas correderas son ideales para cámaras frigoríficas de gran tamaño, donde se requiere un acceso amplio y cómodo para el paso de carretillas o vehículos.
También son una buena opción para cámaras frigoríficas de conservación o congelación, ya que permiten un cierre hermético y una óptima conservación de la temperatura.
Las puertas frigoríficas pivotantes son aquellas que se abren hacia el exterior o el interior de la cámara, mediante un eje vertical que permite el giro de la hoja.
Este tipo de puertas frigoríficas ofrecen una gran flexibilidad y versatilidad, ya que se pueden instalar en cualquier tipo de cámara frigorífica y se pueden adaptar a diferentes sentidos de apertura.
Las puertas frigoríficas pivotantes son adecuadas para cámaras frigoríficas de pequeño y mediano tamaño, donde se necesita un acceso rápido y frecuente.
Las puertas para separación de salas son aquellas que se utilizan para dividir diferentes zonas dentro de una misma instalación frigorífica, con el fin de mantener condiciones de temperatura y humedad adecuadas para cada tipo de producto o proceso.
Estas puertas pueden ser correderas o pivotantes, según las necesidades de cada caso.
Las puertas para separación de salas son imprescindibles para cámaras frigoríficas que almacenan productos con diferentes requerimientos de conservación, como por ejemplo carnes, pescados, frutas o verduras.
También son necesarias para cámaras frigoríficas que realizan diferentes operaciones, como por ejemplo enfriamiento, congelación o maduración.