La prueba de la mesa basculante se utiliza para el estudio de desmayos o sensación de desvanecimiento.
Gracias a esta exploración, se puede poner a prueba el sistema cardiovascular y comprobar si es capaz de responder correctamente a cambios en la gravedad, la tensión arterial, o el ritmo cardíaco.
Cuando el sistema de respuesta refleja a estos estímulos falla, el corazón no bombea la sangre necesaria hacia el cerebro y durante unos segundos se pierde el flujo sanguíneo.
Es lo que se conoce como síncope.
Se le pide al paciente se recueste en una mesa especial con capacidad de inclinación y es sujetado por medio de correas de seguridad tanto sobre el pecho como por las piernas.
Esta mesa permite poner al paciente de una posición horizontal total a una posición vertical total, sin ningún esfuerzo para él.
Se le coloca un brazalete para medir la presión arterial en el otro, se le ponen una serie de electrodos en el pecho para monitorear el ritmo cardiaco en todo momento de la prueba y así conocer la respuesta cardiaca en tiempo real.
Al iniciar, el paciente estará recostado boca arriba sobre la mesa en posición horizontal.
Después el médico inclinará la mesa hasta que la cabeza del paciente quede en posición vertical, a 60 grados y permanece así durante 20 minutos con monitoreo del ritmo cardiaco y la presión arterial antes de regresarlo a la posición horizontal.
En este periodo inicial no se utiliza ningún tipo de fármaco (Fase I).