El juego tiene grandes beneficios educativos, emocionales y sociales. Hoy queremos hablarte de los juegos tradicionales que han pasado de generación en generación y que se han convertido en toda una tradición cultural en nuestra sociedad. Algunos juegos tradicionales no requieren material o muy poco, y favorecen las relaciones sociales entre los niños y niñas mediante la diversión. A través del juego también trabajamos y potenciamos diferentes habilidades como la precisión, la coordinación, la astucia, la agilidad y la autonomía de los niños y niñas, sobre todo en las edades que comprenden de 3 a 12 años. Jugar es beneficioso en cualquier momento de la vida, pero sobre todo en la etapa infantil. El juego es estimulación, diversión, relación, valores, cooperación, aprender los límites, aprender a perder y ganar. La gracia de los juegos tradicionales es que también los podemos adaptar a las situaciones y espacios que tengamos, cambiando o añadiendo algunas normas. Podemos jugar en el patio de la escuela, en la calle, en el esplai, en el parque o en medio del bosque. En el juego, la edad no importa, ¡todos podemos participar.