Si el tamaño de la entrada es reducido, hay varios trucos para conseguir que parezca más grande.
Uno de ellos es la iluminación.
Si un recibidor es pequeño y además oscuro, parecerá más pequeño aún.
En cambio, si consigues iluminar el espacio de forma adecuada, con una buena luz indirecta, por ejemplo, solo con eso, ya habrás logrado mucho.
Otro recurso es colocar un espejo en la pared opuesta a la apertura de la puerta.
Con ello consigues, por una parte, que multiplique la luz y, por otra, ayudará a simular una mayor amplitud gracias al efecto de profundidad que consigue el reflejo del espacio que lo rodea.
Con un espejo, el espacio se duplica.
Puedes elegir entre una gran variedad de modelos, tamaños y estilos que darán personalidad a tu entrada.
Otra opción es elegir un mueble auxiliar cuyo diseño y dimensiones no solo sean capaces de adaptarse al espacio, sino que aporten también funcionalidad.
Te aconsejamos que además de elegir muebles cuyo tamaño sea acorde con el espacio, juegues con los colores.
Hay quien piensa que los colores claros son demasiado fríos, pero todo depende del tono y de cómo se combine con todo el conjunto.
Está claro que el blanco es el rey de los colores que aportan ligereza y nos devuelve una percepción del espacio ampliada.
Y además, puedes jugar con distintos tipos.
Desde el blanco intenso hasta tonos más crudos o acabados decapados.
Las maderas claras también evitan que se sobrecarguen los lugares pequeños.