El suelo táctil o adoquín podotactil consta de un revestimiento con diferentes texturas y colores, con formas en alto relieve que ayudan a las personas con discapacidad visual a acceder y desplazarse.
Las piezas trabajan en composición con el suelo del lugar, destacándose de él, para orientar el camino a seguir.
Los colores vibrantes de los pisos táctiles, en contraste con el revestimiento del piso, ayudan a las personas con baja visión, ayudándoles a identificar más fácilmente el camino a seguir.
El diseño del suelo táctil debe formar parte de la disposición del revestimiento del suelo, teniendo en cuenta la usabilidad del usuario, con el fin de señalar obstáculos y orientar a los discapacitados de la forma más clara posible.
Para lograr este objetivo, se pueden utilizar dos tipos de suelos táctiles: Suelo táctil direccional y piso de advertencia táctil.
El suelo de advertencia táctil se utiliza para indicar la existencia de un obstáculo delante.
El suelo táctil direccional no debe conducir al usuario a caminos o paredes cerrados, ni presentar obstáculos a lo largo de su longitud.
Con el fortalecimiento de las cuestiones de accesibilidad en la ciudad y sus edificios, cada vez más empresas, establecimientos comerciales y organismos públicos han ido invirtiendo en el uso de pavimentos táctiles en sus instalaciones.
A la hora de elegir la instalación de las piezas, es importante prestar atención a la calidad del material y también a su resistencia, tanto en términos de factores climáticos como de grandes movimientos peatonales.