El color de la habitación es clave, porque puede influir significativamente en el ambiente y en el estado de ánimo del niño. Los colores no solo tienen un impacto estético, sino también emocional y psicológico. El azul cielo es sin duda la alternativa más popular de todas cuando hablamos de colores para habitaciones de varones, después de todo, es un color calmante y sereno, ideal para habitaciones infantiles. El azul marino es una variación más profunda y rica en comparación con el azul cielo. Los colores neutros como el gris y el beige son ideales para habitaciones de niños, ya que brindan un ambiente sereno y versátil que puede adaptarse a diferentes etapas de su crecimiento. El gris claro es un color neutro y versátil que puede adaptarse con facilidad a una variedad de estilos y decoraciones. El verde menta es tono suave y bonito visualmente que puede infundir una sensación de frescura y energía en la habitación. El amarillo pastel es un color alegre y acogedor que puede iluminar cualquier habitación, aunque en un tono suave, lo que hacer que la habitación se sienta cálida y acogedora sin ser abrumadora. El naranja pastel es un color vibrante pero no abrumador, que puede estimular la energía y la creatividad sin ser demasiado intenso. El blanco es un color clásico y atemporal que siempre queda bien, siendo genial porque puede hacer que cualquier habitación se sienta más amplia y luminosa.