Las puertas cortafuegos se instalan en lugares de grandes dimensiones para sectorizar el espacio de forma que quede dividido en áreas más pequeñas. El funcionamiento consiste en que gracias a su compartimentación actúa de barrera contra el fuego, impidiendo su paso y cortando su rápido avance. En los casos en los que el incendio es muy grande y las puertas no tienen la capacidad de parar las llamas, los cortafuegos actuará como retenedores para retardar el paso del fuego y dar tiempo a que salgan las personas que se encuentren en el edificio y a que lleguen los bomberos. Lo que se intenta conseguir con estos dispositivos es que los incendios no se propaguen con demasiada premura. Estos métodos de seguridad son regulables en distintas posiciones según la intensidad de su uso y siempre tiene incorporado sistema auto cierre. Para conseguir su objetivo es imprescindible que siempre que alguien abra la puerta, esta se cierre por si sola tras su paso. Otra condición necesaria es que las puertas cortafuegos nunca están cerradas bajo llave, deben permanecer en todo momento, accesibles y con fácil apertura ante cualquier emergencia. Existen diferentes modelos y sistemas de funcionamiento de puertas cortafuegos, las encontramos manuales, automáticas y semiautomáticas. Pero independientemente de su sistema de apertura lo más importante es, que siempre esté operativa para facilitar el paso de las personas y retener las llamas, así como que su instalación sea impecable e impida que pasen los gases de un habitáculo a otro. Para conseguir que la puerta quede perfectamente sellada, asegurando así la integridad física de las personas que se encuentran en el edificio, se suele utilizar mucho la tecnología electro-imán, es de máxima importancia que el cortafuegos impida tanto el paso de las llamas como del humo.