Los sensores magnéticos están compuestos por dos secciones o dispositivos, uno que se instala en el marco de la ventana o puerta y otro, que ha de atornillarse a la parte móvil de la ventana o a la puerta propiamente dicha. Cuando estas dos aberturas están cerradas y la alarma está activada, ambos dispositivos están en contacto y, por tanto, no emiten una señal de alarma.
Como su nombre lo indica, los sensores magnéticos funcionan con un sistema de imanes y componentes electrónicos. Estos imanes se encuentran en contacto cuando la puerta o ventana está cerrada, pero, cuando esta se abre de forma inesperada, los componentes electrónicos son capaces de detectar que se ha perdido ese contacto y pueden activar, entonces, una señal de alarma.
La tecnología PreSense mejora el rendimiento de los sensores magnéticos, analizando en tiempo real cualquier apertura no esperada. En lugar de activar una alarma inmediatamente, el sistema evalúa el contexto de cada evento para diferenciar accesos cotidianos de posibles intrusiones. Si PreSense detecta una actividad sospechosa, envía una alerta a la Central Receptora de Alarmas, donde los profesionales verifican la situación y activan los protocolos de seguridad en segundos, mejorando la precisión y eficacia de la respuesta ante intrusiones.