Hay diversas técnicas para lograrlo: máscaras faciales impresas en 3D, maquillaje, luces infrarrojas y patrones complejos para esquivar al ojo que todo lo ve.
Nada como esconderse de la foto para no salir, así de simple es este método de protección contra la economía de la vigilancia.
Puedes buscar otras excusas como el uso de un burka por motivos religiosos o una máscara por motivos de salud.
También puedes apoyarte en la moda, con accesorios como gafas, sombreros, pañuelos y demás.
Incluso el maquillaje o la pintura facial sirven para alterar la forma de la cara, dificultando a la IA detectar patrones y definir rostros.
Los puntos faciales clave deben ocultarse de maneras específicas para engañar al sistema.
Un artista llamado Adam Harvey diseñó un conjunto de herramientas de maquillaje de vanguardia y consejos de estilo que pueden hacer que la IA no reconozca las caras.
Las gafas de LEDs infrarrojos permiten que la luz sea casi invisible para el ojo humano pero muy visible para las cámaras electrónicas.
Así, se ciega a la cámara para que no pueda diferenciar el rostro, pero resulta casi imperceptible a los ojos de la gente.
Isao Echizen, un profesor universitario japonés diseñó unas gafas con LED que impiden el reconocimiento facial.
El dispositivo está equipado con un LED de infrarrojo cercano que agrega ruido a las imágenes fotografiadas sin afectar la visibilidad humana.
Hay otra técnica que se utiliza para defenderse del reconocimiento facial, que consiste en confundir en vez de evitar que se vea el rostro.
Si el maquillaje y los LED son como un disfraz, el camuflaje HyperFace, aún en prototipo, sería como una distracción.
En lugar de intentar evitar que el sistema detecte una cara, el objetivo es abrumarlo haciéndole ver demasiadas caras.
El patrón se puede imprimir en bufandas o gorros, por ejemplo, o en cualquier cosa que se pueda usar cerca del rostro real de una persona.