Existe una variedad de tipos de residencias geriátricas, como residencias públicas, gestionadas por las administraciones públicas, y residencias privadas, que son gestionadas íntegramente por una empresa privada. También hay residencias concertadas, que son una categoría intermedia entre las dos anteriores, ya que la gestión es compartida entre una institución pública y una empresa privada. Además, existen diferentes formatos, como la vivienda asistida, que son casas preparadas para funcionar como residencias, permitiendo a los ancianos mantener su privacidad y vida normal con asistencia continua de profesionales. Otra opción es la residencia psiquiátrica, que se ingresa a personas con enfermedades mentales que son dependientes o no pueden vivir solos. La residencia mixta es otra opción, que está disponible para un perfil más amplio de pacientes, incluyendo personas dependientes, no dependientes y con perfil psiquiátrico. También existen centros de día, donde los mayores pasan solo una parte del día, y residencias de mayores autoválidos, que están pensadas para ancianos completamente independientes que necesitan compañía. Cada uno de estos tipos de residencias tiene sus ventajas y desventajas, y puede ser una buena oportunidad de negocio dependiendo de las necesidades y objetivos del inversor.