La Ciudad Rosa de la India engloba ese encanto exótico que vinimos a buscar en forma de extensos bazares, fortalezas históricas e iconos como el Palacio de los Vientos o este Palacio Real, franqueado por cuatro entradas a cuál más irresistible.
Leheriya Gate es una de las más fotografiadas gracias a un verde intenso que evoca la primavera y al dios Ganesha.
El Mediterráneo no se entiende sin sus puertas azules, especialmente cuando hablamos de las ensoñadoras islas griegas.
De iconos como Santorini a otras islas no tan populares como Sifnos o Naxos, el color azul se expande entre casas encaladas para jugar con el sol y recordarnos la frescura del Mare Nostrum.
En torno al colorido Palacio de Sintra se concentran bosques mágicos, iconos como el jardín de Quinta da Regaleira y puertas como esta, totalmente camuflada con la naturaleza.
Un pueblecito en tonos pastel cuyos colores, ropa tendida y maceteros conforman un microuniverso irresistible donde, prácticamente, cualquier puerta se presta a cientos de likes.
La tradición suspira en forma de lugares misteriosos como San Juan Chamula.
En el interior de la iglesia de este pueblo se celebran rituales ancestrales que no pueden ser fotografiados, si bien siempre podemos tomar una instantánea de su colorida entrada, envuelta por pinos, árbol sagrado de la etnia de los tzotziles.
El azul mediterráneo parece alcanzar las montañas del Rif en forma de un suspiro llamado Chauen.
El pueblo más azul del mundo invita a perderse por tantas tonalidades de este color como puertas a fotografiar, en ocasiones, junto a un gato errante vagando por las calles.
Algunas puertas estuvieron una vez llenas de vida, trasiego y promesas.
Hasta que el abandono permitió al desierto entrar y conquistarlo todo.
Esa es la historia de Kolmanskop, un pueblo minero de expatriados alemanes en el desierto de Namibia que, a principios del siglo XX, supuso el florecimiento de una actividad cuyo cese marcó un punto y aparte para este oasis hoy fantasma.
La isla de Bali es mucho más que la escapada perfecta para lunas de miel y hoteles nido en la selva: también se trata de un destino único para descubrir su tradición y mitología a través de diferentes atajos, entre ellos sus puertas llenas de ornamentos.
Existe una gran fascinación por las puertas de la localidad de Tucson - no hay más que echar un vistazo a redes sociales como Pinterest -.
Y es el que el clima desértico, los tonos áridos y el poso histórico de la ciudad despliega un sinfín de coloridas puertas donde nunca faltan cactus, la imagen más icónica de su Barrio Histórico.