Un aspecto esencial del diseño inclusivo es la creación de espacios versátiles y adapatables. Las aulas no deben limitarse a una única configuración estática. Más bien, deben permitir cambios según las necesidades específicas de los alumnos, el profesorado y las actividades. Esto implica contar con mobiliario que facilite la reconfiguración de los espacios y la creación de aulas colaborativas.
Así, esta capacidad adaptativa permite y fomenta la implicación y participación de todos los alumnos. Seleccionar el mobiliario adecuado es esencial para garantizar un entorno educativo inclusivo. Los muebles adaptables juegan un papel fundamental al permitir un acceso cómodo y fácil para cualquier persona. Mesas regulables en altura, sillas de diferentes tamaños, almacenamiento inteligente, muebles versátiles, etc., son algunos ejemplos para crear espacios accesibles e inclusivos.
Las mesas regulables en altura, por ejemplo, permiten a los estudiantes ajustar el espacio de trabajo según sus necesidades. No solo se adaptan a personas con discapacidades físicas, sino también a los requisitos de diferentes tareas o actividades. De manera similar, las sillas de diferentes tamaños aseguran una postura cómoda y saludable, mejorando la concentración. La calidad de los materiales y la seguridad de los acabados finales son aspectos fundamentales que deben tenerse en cuenta. Es importante que los muebles para centros educativos no tengan aristas vivas para prevenir posibles lesiones, y estén fabricados con materiales de alta calidad que garanticen durabilidad y resistencia.