Entre los diversos procesos de los que se ocupa la logística, el sistema de almacenamiento para la gestión de almacenes es determinante en el funcionamiento óptimo de la cadena de suministro. Cada estrategia comercial y tipo de producto o servicio, al igual que el tamaño y características de la nave, resulta decisivo a la hora de seleccionar el sistema de almacenamiento adecuado. Las diferencias entre los sistemas de almacenamiento se fundamentan principalmente en el espacio disponible, el tipo de estructura y las unidades de carga. Hay varios sistemas de almacenamiento como el convencional, el compacto o Drive, el dinámico, el móvil, el automático o robotizado, y el autoportante. El sistema de almacenamiento convencional combina mercancías paletizadas con productos sueltos. El sistema de almacenamiento compacto o Drive se caracteriza por la manipulación de unidades de carga homogéneas. El sistema de almacenamiento dinámico se caracteriza por el uso de estanterías con un mecanismo gravitatorio o con rodillos por donde se deslizan las mercancías paletizadas. El sistema de almacenamiento móvil es similar al convencional en cuanto a la gestión de mercancías, pero se caracteriza por la estructura de raíles por donde se desplazan las estanterías. El sistema de almacenamiento automático o robotizado se caracteriza por la aplicación de equipos transelevadores y requiere de un software de gestión propio. El sistema de almacenamiento autoportante se caracteriza por que la estructura de estanterías soporta la instalación, eliminando vigas o pilares de una nave industrial.