Desde 2006, el Área de Baja Visión del IMO ayuda al paciente a potenciar y optimizar el resto visual que le queda.
En el IMO se las ayuda a obtener un máximo aprovechamiento de dicho resto a través de rehabilitación y ayudas visuales.
Se trata de un proceso largo que requiere una considerable implicación y colaboración por parte del paciente.
Además, muchas de las ayudas visuales requieren que la persona aprenda a ver de otra forma.
Por ejemplo, los pacientes con degeneración macular tienen una importante pérdida visual en la zona central del ojo afectado.
En estos casos, aparte de las ayudas visuales, estas personas deben aprender a mirar hacia los lados para rescatar su resto visual.
Es muy importante que la persona acuda motivada a la consulta y que quiera mantenerse visualmente activa en todo momento, viendo la televisión, leyendo, trabajando en el ordenador…
Desde el año 2006, el IMO dispone de un Área de Baja Visión que ofrece atención a pacientes con niveles de visión muy limitados y que no pueden mejorar con cirugía, tratamiento farmacológico, ni gafas.
A continuación, se efectúa un cuidadoso proceso de graduación que garantice la efectividad de las ayudas visuales mediante pruebas de agudeza, campo visual, de sensibilidad al contraste y percepción del color, entre otras.
Se las ayuda a obtener un máximo aprovechamiento de dicho resto a través de rehabilitación y ayudas visuales.