¿Qué es mejor, el piso flotante o el vinílico?

No hay una única respuesta correcta, todo depende del uso que vayas a darle y de las características de tu hogar. Ambos suelos tienen ventajas claras y elegir bien significa adaptarse a tus necesidades concretas. El suelo vinílico destaca por su resistencia a la humedad, su aislamiento acústico y su durabilidad frente a golpes y arañazos. Es ideal para cocinas, baños, zonas con calefacción radiante y hogares con niños o mascotas. Por otro lado, el suelo laminado ofrece una estética más cálida y natural, se percibe más cercano a la madera real y suele ser más ecológico. Es perfecto para salones, dormitorios o espacios donde no haya tanta exposición al agua. En resumen, el mejor suelo será aquel que se adapte mejor a tu estilo de vida, al uso que se le dará a cada estancia y al ambiente que quieras crear en tu hogar.

Un suelo vinílico es, esencialmente, un pavimento de material sintético con acabados que imitan la madera, a la baldosa o al mármol. Mientras tanto, las tarimas flotantes de madera se fabrican en madera o sintéticos derivados con acabados similares a la tarima vinílica. Los suelos de vinilo han mejorado sus propiedades impermeabilizantes y, si eliges uno de excelente calidad, encontrarás que son resistentes al agua y a la humedad. Sin embargo, la tarima flotante tiene mayor resistencia a la humedad y a los cambios climáticos. La tarima flotante ofrece también mayor resistencia a las altas temperaturas debido a las multicapas de madera que la componen, en comparación con la tarima vinílica. Tanto las tarimas flotantes como las vinílicas son revestimientos de fácil instalación, pero la principal diferencia es que la tarima flotante se coloca clavándola en el piso o mediante el sistema clic de sus láminas. Los suelos vinílicos son más flexibles, debido al material de fabricación. Mientras que las tarimas flotantes están elaboradas con derivados de la madera, lo que lo convierte en una superficie más rígida. Es apta para uso doméstico y comercial, resistente a arañazos y al desgaste. La tarima flotante funciones para salones y dormitorios, porque aporta calidez y elegancia a este tipo de estancias. El precio de una tarima vinílica puede variar por factores como la calidad, el diseño, los acabados, la marca y también por el trabajo de instalación. Sin embargo, en general se puede decir que el rango de precios puede ir desde los 10 euros hasta los 35 euros, dependiendo si es un suelo de tipo básico o si es de alta gama. Con respecto a los precios de la tarima flotante, el rango varía entre 6 y 60 euros. La diferencia se debe a si está elaborada de materiales sintéticos, de varias capas de madera con material sintético o si es por completo de madera maciza. Ahora que conoces las diferencias entre la tarima vinílica o flotante puedes tomar una decisión más informada. Evalúa las opciones que tienes y escoge la que mejor se adapte a tus necesidades.