Una buena ventilación pasa por aire natural.
Siempre que haya alternativas al aire artificial, debemos optar por ellas.
En este sentido, una de las mejores recomendaciones es crear corrientes cruzadas dentro de casa, abriendo puertas y ventanas.
De esta manera, el aire limpio del exterior circula más rápidamente entre todas las habitaciones de la casa, depurando el ambiente a su paso.
En periodos de entre 10 y 20 minutos, a veces, varias veces al día.
Dependiendo de la época del año, puede ser contraproducente energéticamente mantener todo el día las ventanas abiertas.
Por eso, se recurre a la ventilación instantánea, con pequeños ciclos a lo largo del día que ayudan a liberar la humedad, los malos olores, etc.
Las últimas innovaciones en ventanas de PVC también incluyen ahora la posibilidad del intercambio de aire sin abrir los cerramientos.
A través de un sistema de ventilación integrado en los perfiles de PVC.
De manera automática, el mecanismo regula las corrientes de aire sin generar pérdida energética.
Para que la ventilación en verano sea eficiente, lo mejor es abrir las ventanas a primera hora de la mañana;
en invierno, lo más recomendable es conseguir el intercambio de aire en el menor tiempo posible, para que no se escape demasiado calor del interior.
Después de toda la noche de sueño, es necesario eliminar el CO2 generado.
Abrir las ventanas y dejar actuar al sistema de ventilación integrado de los marcos de PVC mejora la limpieza y la pureza del aire y ayuda a conciliar bien el sueño.
Debemos abrir las ventanas después de comer y después de cocinar.
Deben permanecer abiertas durante las tareas de limpieza y, en general, para ventilar toda la casa con corrientes cruzadas.