El origen del Diseño Universal de Aprendizaje no es propio del ámbito educativo sino más propio de la arquitectura, originado en torno a los años 70 en Estados Unidos, cuando se pretendía conseguir el diseño de edificios, productos y entornos accesibles para todas las personas, con independencia de que tuvieran o no tuvieran discapacidad. El objetivo principal era diseñar y construir edificios y espacios públicos pensados desde el principio para atender la variedad de necesidades de acceso, comunicación y uso de los potenciales usuarios. En este sentido, desde el planteamiento de la diversidad funcional y el reconocimiento de los derechos de las personas con discapacidad, se creó la necesidad de crear entornos y edificios accesibles que, de forma posterior, quedo demostrado que no sólo beneficiaban a las personas con discapacidad, sino también al resto de las personas sin discapacidad. En torno a los años 90 Mace y su grupo de trabajo establecieron los siete principios que servirían de guía y orientación para el diseño y desarrollo de los servicios, productos y entornos accesibles que, de forma posterior, tendrían su aplicación al ámbito educativo.