Cuando nos enfocamos hacia la estimulación multisensorial, lo que entra en juego es la capacidad de estimular diversos sentidos al mismo tiempo.
Esto promueve el desarrollo psicomotor y cognitivo, y contribuye a incentivar el sentido de exploración, entre otros aspectos.
La estimulación multisensorial se aplica para favorecer la comprensión de los demás, del mundo y de uno mismo a través de estímulos y actividades significativas.
La estimulación multisensorial ayuda a los niños a comprender mejor su entorno y les motiva para explorar.
Mediante varios estímulos se consigue aumentar su curiosidad, atención, concentración e interés por el aprendizaje, además de promover el pensamiento lógico.
Un ejemplo de estimulación multisensorial lo encontramos en las salas de Snoezelen.
Esta metodología consiste en una intervención cuyo objetivo principal es favorecer la sensación de bienestar a partir de estimular los sentidos.
Proporciona una experiencia rica y variada en la que influyen sonidos, luces, colores, olores y experiencias táctiles.
Las salas de Snoezelen son espacios en los que confluyen sonidos relajantes, luces más bien apagadas, colores variados y alegres y diversos sonidos y texturas que contribuyen a fomentar la relajación, el interés por el entorno y la curiosidad.