El diseño gráfico, visual y digital se combina con la neurociencia, la ingeniería o la psicología para crear nuevas experiencias de usuario que involucren todos los sentidos del ser humano.
Básicamente, jugar con el tacto, los olores e, incluso, el gusto para crear una experiencia inmersiva mucho más real y completa.
A las tradicionales materias propias del diseño se une ahora el diseño sensorial, una disciplina emergente que bebe de conceptos tan dispares como el diseño gráfico, digital e industrial, la neurociencia y la psicología.
Es el caso de Greg Carley, director de estrategia de productos en los estudios de Chaotic Moon un grupo que ha aunado perfiles tan diversos como pensadores, constructores, desarrolladores con emprendedores y, por supuesto, diseñadores.
Desde su cuartel general en Austin (Texas) tratan de reformular el diseño de los dispositivos móviles.
No hay que olvidar que los ‘smartphones’ a la hora de establecer sus criterios gráficos tienen dos grandes ejes: el ‘iconocentrismo’ y el ‘pantallacentrismo’.
Sin embargo, la irrupción de dispositivos conectados, así como los dispositivos vestibles, exigen adaptar los contenidos a estos nuevos aparatos.
Parece que el diseño, a través de esta nueva rama, se extiende libremente por un gran número de campos.
Educación, marketing, deporte… También la cocina.
Es el caso de Daniel Ospina, uno de los fundadores de Crossmodalism, una plataforma de co-creación que junta a científicos con artistas visuales y empresas para explotar comúnmente el lenguaje de los sentidos.
El caso de Ospina es especialmente peculiar: antes de fundar esta plataforma trabaja como cocinero y diseñador de experiencias, creando narrativas para restaurantes con varias estrellas Michelín.
Unas narrativas que iban desde los platos, hasta la carta o la página web de la empresa.