En un taller sensorial se trabaja la estimulación sensorial, que es una terapia que provoca un despertar a través de los sentidos con el objetivo de desarrollar sensaciones y percepciones. El objetivo de la estimulación es hacer surgir o incrementar la respuesta de la persona ante el entorno. La estimulación se centra en todas las vías sensoriales que tenemos y se estimulan combinadas o por separado. Para cada nivel sensorial se utilizan distintos tipos de estímulos, siempre de los más básicos a los más complejos y en diferentes formas de exposición. Dentro de la estimulación multisensorial, la estimulación basal es adecuada para todas las personas, incluso aquellos con deterioro severo o trastornos mentales graves. En las salas multisensoriales, tiene por objetivo estimular y favorecer la integración de las diferentes vías sensoriales, como la estimulación auditiva, visual, táctil, olfativa y gustativa. También se busca la relajación y reducción de ansiolíticos, la activación y mejora de la apatía, reducir el tono muscular, mejorar la atención, la percepción, la memoria, facilitar el equilibrio e incrementar la interacción con objetos y manipulación. Se utilizan materiales especializados para la estimulación de las diferentes vías sensoriales, como objetos que producen sonidos, luces de colores, dispensador de aromas, frascos con sustancias olorosas, frasco con sabores, alimentos, esponja, telas de diferentes texturas, cortina de luz, puf, entre otros. Las condiciones de las salas incluyen la creación de una atmósfera agradable, permitir la elección del usuario, oportunidad para “estar en paz”, derecho a estar el tiempo suficiente, actitud adecuada de los trabajadores, derecho a la repetición de estímulos, evitación de la sobrecarga estimular y derecho a ser supervisado.