¿Por qué instalar un sistema de ventilación?

Como consecuencia de lograr los objetivos marcados por la UE en materia de reducción de emisiones de CO2, incrementar el peso de las energías renovables y lograr tasas de reducción de energía primaria, cada país miembro ha tenido que trazar su propia hoja de ruta para conseguir dichos objetivos. Dentro de este marco, han aparecido ciertas normas que regulan las características que deben tener las nuevas viviendas y las rehabilitaciones para mejorar la eficiencia y reducir el consumo energético. Una de las exigencias más importantes fue la mejora a aplicar en la calidad de los aislamientos de los edificios, dando lugar a cargas térmicas muy inferiores, pero también a una hermeticidad mucho más elevada. Como consecuencia se deriva la necesidad de renovar el aire interior para mantener el nivel de salubridad. A priori, esto plantea una contradicción entre evitar la influencia del exterior incrementando los niveles de aislamiento, y por otro lado, introducir aire exterior no acondicionado hacia el interior. Por ello, se hace necesario la utilización de dispositivos que hagan, que a pesar de su consumo energético, el balance entre la reducción conseguida con el nivel de aislamiento y el consumo por ventilación, arroje un beneficio extra. La normativa vigente aplicable se divide en función del uso del edificio: Edificios Residenciales (viviendas, aparcamientos y garajes. Edificios de otros usos (oficinas, edificios comerciales, hoteles, restaurante, hospitales…..). En el Documento Básico de Higiene y Salubridad (HS3) de Calidad de aire interior, se definen las exigencias básicas que han de cumplir las viviendas en cuanto a los sistemas y los caudales de renovación de aire. En este documento se recoge la obligatoriedad de diseñar y ejecutar un sistema de ventilación, ya sea natural, mecánico o híbrido, para garantizar la calidad del aire en los edificios antes mencionados. Aunque el CTE no obliga a la instalación de una recuperador de calor, pero la enorme exigencia en la revisión del 2013 del documento básico de limitación de la demanda energética del edificio (HE1), hace casi obligatorio incorporarlo para cumplir los límites de demanda energética. La misma instrucción IT 1.2.4.5.2 del RITE, en sus diferentes apartados, recoge diferentes exigencias respecto de la recuperación de calor del aire de extracción, e incluye una tabla de la eficiencia mínima de la recuperación, en función de las horas de funcionamiento y del caudal de aire exterior en m³/s. Así pues, tanto en edificios residenciales como de otros usos la instalación de sistemas de ventilación mecánica controlada (VMC) con recuperador de calor está totalmente justificada.

La instalación de sistemas de ventilación mecánica controlada aseguran una calidad óptima del aire. El 90% de nuestro tiempo lo pasamos en ambientes interiores, lo que muchas veces conlleva pasar todas esas horas respirando aire que, en ocasiones, está viciado y puede provocar problemas de salud. El humo, los productos de limpieza, los animales domésticos o el simple cocinado son factores que pueden llevar a una calidad del aire interior no saludable. Al mismo tiempo, nuestros edificios cada vez son más herméticos. Este hecho nos permite optimizar el consumo energético, pero, al mismo tiempo, hace que cada vez nos resulte más difícil ventilar las estancias de una manera natural dando entrada al aire fresco. La continua renovación del aire mejora el confort de las personas alérgicas, reduce las posibilidades de transmisiones de virus como la gripe y disminuye las molestias de las personas con problemas respiratorios como el asma. La ventilación tradicional abriendo las ventanas modifica la temperatura de las viviendas y locales drásticamente, pero apenas se consigue reciclar el aire. Una ventana abierta multiplica la demanda de calefacción o climatización, con el consiguiente gasto extra en energía. La exposición a un ambiente interno viciado durante períodos prolongados puede crear numerosos problemas de salud como dolor de cabeza, fatiga, náusea, gripe o problemas respiratorios. La ventilación es la mejor opción, pero recuerda que un profesional es quien mejor puede asesorarte para instalar en cada caso la solución óptima.

Un sistema de ventilación mejora la calidad del aire del interior del espacio, reduce los costes energéticos y prolonga la vida útil de tu sistema de climatización. Los sistemas de ventilación son importantes por muchas razones. La razón principal es que mejoran la calidad del aire de cualquier espacio interior. Los sistemas de ventilación eliminan los contaminantes del aire, como el polvo, el polen, la caspa y pelo de las mascotas. Esto puede mejorar significativamente la calidad del aire sobre todo si tú o alguien de tu familia o trabajo padecéis alergias o asma. Además de mejorar la calidad del aire, instalar un sistema de ventilación también pueden reducir los costes energéticos. Los contaminantes del aire pueden hacer que tu sistema de calefacción, ventilación y aire acondicionado trabaje más de lo necesario para mantener una temperatura agradable. Al eliminar estos contaminantes, puedes reducir el desgaste de tu sistema de climatización y prolongar su vida útil. Además, al reducir la cantidad de trabajo que tiene que hacer tu sistema de climatización, puedes reducir tus facturas de energía cada mes.

El término ventilación se refiere al intercambio de aire interior y exterior, lo que implica que sin una ventilación adecuada y aislada, la casa se sellará de forma hermética contaminantes nocivos, como monóxido de carbono y humedad que pueden dañar la casa. La ventilación adecuada ayuda a mantener una casa energéticamente eficiente, segura y saludable. Los gases de los aparatos de combustión, como las estufas y chimeneas, pueden acumularse en una casa mal ventilada y amenazan su salud y seguridad. El exceso de humedad en el hogar puede también amenazar su salud, y pueden llevar al crecimiento de moho, arruinan el aislamiento y incluso causar daños estructurales. Además, los elevados niveles de humedad pueden hacer que los equipos de refrigeración trabajen más duro, lo que conduce a que suba el precio de la factura de la luz.

La ventilación mecánica nos evita enfermedades. Las construcciones modernas son mucho más estancas y herméticas, por lo que el aire no se filtra necesariamente. Es por ello que necesitamos un sistema de ventilación para introducir el aire y también para eliminarlo. Los sistemas más saludables son los de ventilación mecánica de doble flujo, que incluyen conductos de admisión y de extracción para garantizar el mejor flujo de aire. De esa manera, el aire que respiramos en casa nunca pierde calidad ni se ensucia, y en el momento que eso ocurre se extrae de manera automática. Nos evitamos enfermedades y complicaciones respiratorias. La ventilación mecánica es una realidad en el sector residencial español. Si bien aún es bastante desconocida para muchos, los sistemas mecánicos de renovación del aire son una de las mejores soluciones para afrontar el necesario cambio energético y también para garantizar la salud de todos nosotros en interiores. La humedad es uno de los mayores problemas en los interiores del hogar. Gracias al uso de la ventilación mecánica evaporamos el foco del problema, que es una mala circulación del aire y un exceso de vapor de agua. Además, los sistemas mecánicos de ventilación son automáticos y funcionan siempre, no se apagan nunca. Por eso, con las ventanas cerradas y la renovación del aire a cargo del sistema, nos evitamos la entrada de mosquitos u otros insectos cuando está filtrado el aire. Una de las principales bondades de la ventilación mecánica de doble flujo es que puede filtrar el aire de entrada en interiores. De esta forma, no entrará ninguna partícula contaminante y el aire que respiremos en casa siempre será de mucha más calidad que no el de la calle. La ventilación de doble flujo controla todos los pasos de aire en cada estancia. Es una manera de purificar el aire sin necesidad de aparatos que tienen zonas de fuga. La ventilación mecánica es tan sencilla que ni siquiera tiene un botón para ser activada. Es más, siempre está encendida. Al contrario, ya que es un mecanismo de eficiencia energética. La automatización se realiza gracias a sondas y detectores que miden la calidad del aire y ajustan el caudal a esas necesidades. Si, por ejemplo, se cocina en casa o se producen humos, la extracción será muy grande. Pero si no hay nadie en la estancia en ese momento, el sistema se ajustará a ello. La ventilación mecánica es muy silenciosa, más que los aparatos de aire acondicionado y también que los ventiladores tradicionales. Si se trata de instalaciones a medida, es posible colocar el ventilador en una zona del hogar donde no se haga vida, como es el garaje, y así evitar problemas de ruidos. Y también es la solución ideal para los Edificios de Consumo Casi Nulo. Eso es debido a que es posible prescindir de los sistemas tradicionales de climatización mediante la recuperación de calor. La ventilación mecánica unida a una construcción hermética puede calefactar las casas en invierno y refrigerarlas en verano, si se cuenta con unidades de recuperación de calor. Un ejemplo: las hipotecas energéticas, que se conceden a aquellas viviendas que son más ecológicas y consumen menos, tienen un grado de descuento máximo para las casas más verdes. Y para ese máximo nivel de descuento es obligatoria la instalación de un sistema de ventilación mecánica de doble flujo. Se estima que hasta el 90% del calor de un hogar puede recuperarse en invierno mediante la ventilación de doble flujo. De esta manera, se evita el uso de la calefacción -y en verano del aire acondicionado-, que es el equipo que más gasta en toda una vivienda.

Instalar un sistema de ventilación mecánico es un requerimiento que viene de la nueva forma de construir, ya que se apuesta por un mayor aislamiento térmico que convierte las casas en estancias mucho más estancas. Para garantizar el necesario flujo de aire, lo que requerimos es de ventilación mecánica que introduzca aire y sobre todo que extraiga aquel que haya perdido calidad. Gracias a los sistemas de ventilación podemos mejorar nuestra salud, gastar mucha menos energía, mejorar nuestra calidad de vida e incluso calentar o refrigerar las viviendas sin necesidad de usar los sistemas de climatización tradicionales. Y todo ello de manera automática. La obligatoriedad de instalar un sistema de ventilación mecánico nace del Documento Básico HS3 incluido en el CTE, ya que en dicho texto se especifica que toda vivienda nueva o en cada proyecto de renovación ha de instalarse un sistema de ventilación al menos híbrido, que contaría con sistemas mecánicos cuando los mecanismos naturales no funcionaran. Sin embargo, instalar un sistema de ventilación mecánico ofrece grandes beneficios en el hogar y es importante saber escoger cuál es el más interesante. Desde luego, la ventilación de doble flujo es la mejor solución posible, ya que puede impulsar aire del exterior además de extraer el aire viciado del interior de manera automática. He aquí cinco motivos por los que merece la pena instalar un sistema de ventilación mecánico: 1. La salud en el hogar, lo más importante Sin duda, el motivo principal que tenemos para optar por la ventilación mecánica es la salud. El aire en interiores se contamina con suma facilidad, y puede ser una fuente importante de enfermedades. Por ejemplo, las complicaciones respiratorias se producen debido a la exposición a un aire en mal estado dentro de casa. El humo del cocinado, el uso de productos químicos, la humedad u otros problemas ensucian el aire, y no basta con airear al abrir las ventanas. Por ello, es muy importante que el aire se extraiga de manera automática mediante un sistema de ventilación. Ventilar no es lo mismo que airear, ya que lo segundo no renueva el aire. Todo sistema de ventilación mecánico extrae el aire en mal estado y lo sustituye por aire de calidad. En el caso de los sistemas de ventilación de doble flujo la solución es más eficaz, ya que el aire introducido pasa por conductos separados y es filtrado previamente. Se respira en interiores el mejor aire posible. La mejor calidad de aire y la necesaria renovación hacen que, en casa, podamos mejorar nuestra salud y enfermar menos. 2. Mayor eficiencia energética y ahorro en electricidad o suministros La ventilación mecánica ahorra energía, y en algunos casos suple a los sistemas de climatización. En el aire se almacena el frío y el calor, por lo que la misma renovación del aire aligera las temperaturas interiores. Pero en el caso de la ventilación de doble flujo es aún mejor, ya que mediante un sistema de intercambio de calor es posible que el aire que entre desde el exterior en invierno se caliente y en verano se refrigere. Eso evita el consumo de los sistemas de calefacción y aire acondicionado en la mayoría de situaciones. 3. Automatización Con los sistemas de ventilación mecánicos podemos cerrar las ventanas y olvidarnos totalmente de renovar el aire, de airear las estancias o de simplemente preocuparnos por aquello que respiramos. De eso se encarga el sistema, que mediante detectores y sondas es capaz de saber cuándo el aire está contaminado o existe un exceso de humedad. No hay que preocuparse ni siquiera de encenderlos o apagarlos. 4. Mayor confort en el hogar Olvidarse de los malos olores y respirar aire de calidad en el hogar es fundamental. Pero no solo es esto, sino que además al ducharnos con sistemas de ventilación mecánicos podemos evitar que los cristales se empañen. Gracias a un aire de mayor calidad, también evitaremos enfermedades y descansaremos mejor, dormiremos más profundamente y nos concentraremos más. El aumento de confort es notable. 5. Presente y futuro de la construcción Si bien antes era muy desconocida, la ventilación es el presente de la construcción y el futuro inmediato. Si nos decidimos a instalar un sistema de ventilación mecánico podremos acceder a descuentos en hipotecas energéticas, revalorizaremos nuestras viviendas y nos adaptaremos al futuro. Todos los certificados de eficiencia energética exigen la instalación de equipos de ventilación mecánica. Por ello precisamente, son el presente y el futuro de la construcción.