Para proporcionar experiencias sensoriales, se pueden realizar actividades táctiles como masaje con vibración por todo el cuerpo, envolver al bebé en una manta, dejarlo jugar en distintas superficies, realizar juegos en el suelo, dejarle jugar con la comida, y proporcionarle juguetes diversos de distintos tamaños y texturas. Actividades propioceptivas como masajes de presión profunda, sentarlo en el regazo y botar, y colocarlo en una pelota de Pilates para hacer pequeños botes rítmicos. Actividades vestibulares como juegos interactivos, girar con el niño en brazos, y columpiarlo en una manta. Actividades visuales como uso de tarjetas de fondo blanco con dibujo negro, y acercarle objetos de luces y música. Aprovechar las actividades diarias para ofrecerle estimulación sensorial, respetar la disponibilidad del bebé, y observar al bebé para comprender qué tipo de estímulo le resulta más o menos agradable. Acondicionar un espacio amplio y seguro, y realizar las actividades repetidas veces a lo largo de la semana. Realizar las series de ejercicios como mínimo 5 veces, y durante la estimulación, los padres o cuidadores deben estar relajados y sin prisas. Hacerle muestras de cariño, sonreirle, decirle lo mucho que le quieres, esto favorecerá su desarrollo pleno.