El origen del término es desconocido, sin embargo, hay muchas teorías alrededor. Una de ellas señala que el primer carácter puede venir de tori (鳥) que significa “pájaro” y la i de “lugar” (居), considerándose un arco torii un lugar diseņado para los pájaros que se posen en él. Esto tiene su explicación en el sintoísmo, donde los pájaros son considerados mensajeros de los kami (神) que son las entidades adoradas en esta religión. Marcan la frontera entre lo profano y lo sagrado. Se trata de dos columnas sobre las que se encuentran dos travesaños paralelos, normalmente con tonalidades rojas. Existe una antigua leyenda que relata que la diosa del sol, Amaterasu (天照), muy molesta con su hermano, se había escondido en una caverna y posteriormente había tapado la entrada con una roca, provocando así un eclipse. La población, temiendo que el sol no volviera jamás, construyó, como consejo de un sabio, una pértiga para pájaros, donde subieron a todos los gallos del pueblo. Cuando estos comenzaron a cacarear ruidosamente, la diosa no pudo resistirse a la curiosidad y salió de su escondite para asomarse. Se dice que esta pértiga para pájaros fue el primer torii. Desde entonces se convirtió en un símbolo de prosperidad y de buena suerte.