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¿Cuáles son los cuatro componentes de la cultura sorda?

Naia Orellana
Naia Orellana
2025-08-28 15:31:31
Respuestas : 21
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Las personas sordas han construido su cultura e identidad a partir de las vivencias comunes en relación a la sordera, de sus experiencias cotidianas en interacción con la sociedad oyente y las barreras de comunicación que encuentran, su paso por las instituciones educativas, sus demandas actuales y las expectativas de futuro. La Comunidad Sorda es un grupo social minoritario con una lengua, una cultura y una historia propias, que entiende la sordera como un fenómeno sociocultural, en la que tienen cabida al mismo tiempo identidades diferentes pero complementarias. Si, como hemos comentado en el punto 1.2, asumimos que la sordera es muy heterogénea comprenderemos que no hay una única identidad sorda, sino diversas, porque la visión que tenemos del mundo está estrechamente relacionada con nuestra experiencia sensorial. Y el hecho es que no es la naturaleza misma de los sujetos lo que vertebra la Comunidad, sino los valores, la lengua, la historia y la cultura que sus miembros comparten. En realidad, lo más importante entre todos los individuos que la conforman es que haya como punto de unión, la comunicación en lengua de signos, el instrumento de poder más importante en la construcción de la identidad sorda, ya que es a través de la lengua como se transmiten los valores, se explica la historia y se construye la cultura. La historia y las tradiciones están estrechamente vinculadas a las manifestaciones artísticas de la Comunidad a través de las artes dramáticas, el mimo, las artes visuales o las artes lingüísticas en lengua de signos, como las narraciones, la poesía, los cuentos, el humor, los juegos de palabras, etc. Lo que hasta entonces se había entendido como una comunicación gestual que tenía lugar sobre todo en las asociaciones de personas sordas, la mayoría fundadas a lo largo del siglo XX, pasó a convertirse en un tesoro cultural del grupo social consciente de sí mismo, y por lo tanto, en un instrumento de poder simbólico e identitario de una nueva minoría lingüística, la Comunidad Sorda. La Comunidad Sorda está formada por personas sordas, sordociegas y oyentes. Los hijos oyentes de padres sordos se integran de manera natural en la Comunidad sin que el hecho de oír sea un motivo de exclusión. Lo mismo ocurre con los profesionales que trabajan para la Comunidad, como los intérpretes de lengua de signos, los logopedas, los educadores y, al fin y al cabo, cualquier persona oyente que se acerque por motivos de afinidad. También sucede que hay personas sordas que no forman parte de la Comunidad Sorda porque fundamentalmente no comparten el hecho lingüístico diferencial.