El sentido del tacto es uno de los sentidos más importantes del organismo y uno de los que antes se desarrolla en el ser humano. La piel es el órgano sensorial para el tacto. Básicamente existen dos tipos de alteraciones sensoriales relacionadas con el tacto: hiporrespuesta al tacto o hiperrespuesta al tacto. Los niños hiporesponsivos son muy buscadores de sensaciones, y los hiperresponivos, evitadores. Cuando existe una hiperrespuesta al tacto, es decir tenemos un niño hiperresponsivo, nos daremos cuenta de que por ejemplo, aunque haga calor, quiere llevar manga larga, le dan asco las texturas pegajosas. Algunas actividades que pueden ayudar a estos niños a alcanzar regulación sensorial son: Crear una caja de texturas, tanto para niños con hipo o hiper respuesta, e ir exponiéndolos poco a poco a los estímulos, sin forzar. Hacer cajas con legumbres, arroz, fideos, esconder juguetes pequeños dentro de la caja a los que hay que rescatar. Para los niños hiporresponsivos, con una pelota grande tumbarlos en el suelo y ejercer presión profunda sobre todo el cuerpo antes de hacer una actividad que requiera cierto nivel de atención.