La estimulación táctil es muy importante en los bebés y niños pequeños, porque mientras que el resto de sus sentidos aún seguirán desarrollándose durante varios meses más para llegar a su plenitud, el del tacto está listo desde un principio.
Y como el mundo entero está lleno de texturas, ellos aprenden a través de sus sentidos e investigan con su sentido del tacto.
Por lo tanto, las primeras sensaciones táctiles serán las más importantes e intensas.
La estimulación táctil consiste en una serie de actividades, a modo de juegos con el bebé, para que éste pueda percibir diferentes tipos de sensaciones al tacto.
Ésta pretende tonificar y expandir este sentido, que a su vez, estimula a las neuronas y a las conexiones entre ellas para un buen desarrollo motor y psicoemocional del niño.
La estimulación táctil, aparte de beneficiar al desarrollo intelectual del bebé, ayuda a que vaya reconociendo su mundo.
La estimulación táctil es beneficiosa para el desarrollo intelectual y psicoemocional de los niños.
El material que se utilice ha de ser variado, para ayudar a fomentar la curiosidad.
Cómo presentar los materiales, pues ayuda a motivar el interés y llamar su atención.
Un material se puede utilizar con distintas finalidades estimulativas.
Muchos de los objetos utilizados pueden tener cualidades sensoriales en común con diferentes áreas estimulativas a la vez.
El material utilizado para este área tiene que tener características táctiles muy diferenciadas, además para captar el interés de nuestros pequeños hay que procurar que estas experiencias táctiles les sean agradables y gratificantes.
Se pueden utilizar elementos de diversas texturas como algodón, piel sintética (imitación de cuero), papel aluminio, gamuza, goma espuma, malla, papel lija y más.
Que sienta con las manos, los pies y también con todo el cuerpo.
Puedes hacer que coloque sus pies sobre estas diferentes superficies.
Pintar con los pies y manos: Además de ser beneficioso por mejorar la motricidad, puede ser un muy bonito momento de unión familiar.
Moldear plastilina: Al ser un material desestructurado, el niño puede crear todo cuanto imagine.
Jugar con la plastilina, además, favorece la concentración de nuestros hijos, pues les propone metas a corto y largo plazo.
Es una actividad que, al tiempo que le divierte, también le puede relajar y tranquilizar en momentos de nervios.
Así podrá diferenciar distintas texturas, como liso, acolchado, áspero, rugoso, etc.
Les aseguro que tanto sus pequeños como ustedes pasarán bonitos momentos llenos de diversión y aprendizaje.