Para leer, es esencial una iluminación directa que minimice los reflejos y las sombras, mientras que para ver la televisión, es preferible una iluminación más suave y difusa que reduzca el contraste y la fatiga visual.
La luz directa y brillante puede ser muy dañina para nuestros ojos y causar fatiga visual, dolor de cabeza y otros problemas.
Es importante tomar descansos regulares para reducir la tensión en los ojos y ajustar el brillo y el contraste de las pantallas para minimizar la fatiga ocular.
Una mala iluminación puede tener efectos negativos a corto y largo plazo en nuestros ojos, incluyendo fatiga ocular, estrés visual, problemas de enfoque, deslumbramiento y reducción de la calidad visual.
El uso prolongado de dispositivos electrónicos con una iluminación insuficiente o excesiva también puede provocar problemas de enfoque a corta y larga distancia, lo que se conoce como astenopía, problemas más graves como la degeneración macular relacionada con la edad o aumentar el riesgo de padecer miopía, especialmente en niños y adolescentes.
La luz azul de las pantallas puede suprimir la producción de melatonina, una hormona que ayuda a regular el sueño.
Para minimizar estos efectos, se recomienda tomar descansos frecuentes mientras se trabaja frente a una pantalla, ajustar el brillo y la distancia de la pantalla y usar gafas o filtros especiales para reducir la luz azul.
Además, es importante mantener una distancia adecuada entre los ojos y la pantalla, parpadear con frecuencia y hacer ejercicios de relajación ocular.