Las señales podotáctiles se sitúan en el suelo o pavimento y nos avisan de algo porque notamos un cambio en la superficie que estamos transitando.
Este tipo de señalizaciones se utilizan por varios motivos.
Permiten la accesibilidad
Señalizan zonas de riesgo, como en pasos de cebra o la caída al anden.
Marcan caminos podotáctiles en aceras, puertos, aeropuertos, estaciones o museos.
Sustituyen las señales convencionales cuando no es posible su utilización
Actividades que supongan una mayor concentración y no nos permitan estar atentos de las señales convencionales.
Estas señales suelen estar pintadas en color amarillo porque llama más la atención al ojo humano.
Pero también puede estar pintado de otros colores, pues al final la intención es que destaque por encima del color del suelo podotáctil en el que se encuentra colocado.
En cuanto a su composición, los materiales normalmente son poliuretano o acero inoxidable.
Esta última pensada, sobre todo, para las personas con deficiencias visuales, puesto que son audibles cuando choca con un bastón.
Las señalizaciones comunican a través de líneas de continuidad, masa de clavos podotáctiles, placas podotáctiles, clavos podotáctiles, guías de encaminamiento en poliuretano y acero inoxidable.