Las bombillas LED regulables nos permiten jugar con la potencia de la luz emitida creando ambientes diferentes, al cambiar la apariencia visual y el estado de ánimo que transmite el espacio.
En importante resaltar que además de la propia bombilla necesitamos un dimmer para poder ajustar la intensidad de luz.
Asimismo, existen productos para poder controlar el tono de la luz, lo que nos permitirá crear una atmósfera perfecta en el hogar.
Repartir las bombillas de una estancia entre más de un dimmer nos proporciona un mayor control, permitiéndonos ajustar los niveles de luz por zonas y crear un espacio multifuncional.
Por ejemplo, si tenemos diez bombillas de 7W funcionando al 50% el consumo no sería de 70W, sino de unos 56W.
Es decir, ahorramos el 40% de la potencia regulada.
Además, una luminaria que está trabajando por debajo de su potencia nominal dura más tiempo y así se reducen los costes de reposición.
El parpadeo es algo inherente a la combinación de la fuente de luz y la electrónica que lleva asociada.
Pero con la iluminación LED unos pocos microsegundos son suficiente para que se apague por completo.
Esto ocurre principalmente por dos motivos.
El primero es por la propia carga mínima del regulador que puede ser demasiado elevada para que “detecte” correctamente las bombillas, sobre todo cuando regulamos por debajo del 50% de intensidad.
También puede ocurrir que nunca podamos bajar la intensidad de luz debajo de un determinado umbral debido a la poca carga que tenemos con las bombillas LED regulables.
El segundo motivo y el más común es la incompatibilidad del dimmer con las luminarias LED.
De hecho, si el regulador preexistente funciona por pulsos puede llegar a dañar el driver interno de las bombillas LED regulables, dejándolas inservibles.
En EfectoLED disponemos de reguladores, bombillas, plafones y placas regulables que se adaptarán perfectamente a nuestras necesidades y nos permitirán crear una infinidad de ambientes.