El suelo es el lugar en el que crecen las plantas, es un ecosistema formado por partes bien diferenciadas que constituyen la estructura del medio agrícola siendo la base para la vida de las plantas y fuente fundamental de elementos nutritivos. Estas partes se pueden dividir en 3 fracciones: La fracción sólida, constituida por elementos minerales y de la materia orgánica producto de la descomposición de los restos vegetales y animales. La fracción líquida del suelo, en la cual se encuentran en disolución las sustancias minerales y orgánicas solubles. El suelo agrícola está compuesto de minerales que sirven de alimento, tierra que retiene la humedad y microorganismos, que ayudan a que conserve sus buenas propiedades. El grado de acidez de un suelo se mide según su pH, el cual oscila entre 0 y 14. El suelo ideal sería el neutro, aunque la mayoría de plantas tiende al alcalino para una mejor absorción de minerales. Cuando un suelo comienza a dar problemas y nos damos cuenta que el rendimiento de nuestro cultivo disminuye, podemos emplear diferentes técnicas de recuperación de suelos, pero las dos más comunes y eficaces son las siguientes: Encalado y Estiércol. Estiércol es el remedio perfecto para devolver la salud al suelo, actúa como filtro para la tierra, favorece a la raíz y obtiene una buena proteína para la planta, aumentando significativamente la productividad y aportando múltiples beneficios al suelo.