El estado general de salud, las habilidades y el estilo de vida, los objetivos de comodidad y las necesidades de cuidados intensivos del usuario potencial deben ser tenidos en cuenta en la ecuación.
La evaluación de la piel, el nivel de inmovilidad, el deterioro sensorial, los extremos de edad, la enfermedad vascular, la enfermedad aguda, el nivel de conciencia y un historial previo de daño por presión son puntos importantes a considerar antes de tomar una decisión final.
La fricción o frotamiento constante del colchón contra la piel también provoca úlceras de decúbito, mientras que permanecer en la misma posición provoca el estiramiento y la flexión de los vasos sanguíneos, que es otro de los culpables.
Las personas que no pueden moverse y cambiar de posición mientras están en la cama también pueden experimentar exceso de humedad/sudoración, lo que también puede llevar a la ruptura e integridad de la piel, aumentando el riesgo de úlceras por presión e infección.
Los sistemas de baja pérdida de aire (LAL) generalmente tienen pequeños orificios en todo el colchón y un sistema de soplador que sopla aire hacia el colchón, permitiendo que el aire escape lenta y metódicamente, creando una superficie de presión alterna.
Identificar el nivel de riesgo de úlceras por presión del usuario ayudará a indicar si se debe utilizar una superficie de alivio de presión de baja o alta tecnología.
Siempre se recomienda discutir las opciones con los equipos médicos, de terapia y de rehabilitación del paciente para asegurar la elección correcta para ese individuo en particular.
Las superficies de apoyo que alivian la presión generalmente se relegan a dos categorías básicas: dispositivos de baja tecnología que incluyen colchones o revestimientos rellenos de aire, gel, fluidos o fibras, y dispositivos de alta tecnología que incluyen presión alterna (AP), baja pérdida de aire (LAL) y aire fluidizado.
Los colchones y revestimientos de presión alterna (AP) están compuestos de tubos de aire individuales que se desinflan e inflan automáticamente de acuerdo con un programa establecido, uno que el paciente o sus cuidadores pueden determinar.
Los riesgos de infección y la formación de úlceras de decúbito se pueden reducir en gran medida empleando un colchón de alivio de presión en el plan de tratamiento del paciente.
Los colchones de alivio de presión, las superficies de apoyo y los revestimientos vienen en una amplia variedad de estilos y tamaños para cada necesidad única del paciente.