Las rampas son un elemento clave en la infraestructura urbana y arquitectónica, ya que permiten la movilidad de personas con discapacidad y fomentan la inclusión en los espacios públicos y privados.
Promueven la Inclusión y la accesibilidad:
Las rampas para personas con discapacidad permiten que todos, independientemente de sus condiciones de movilidad, puedan acceder a edificios, transporte público y espacios recreativos.
Esto fomenta la equidad y la integración social, garantizando el derecho a la movilidad de todos los ciudadanos.
Facilitan el acceso a todos los usuarios,
Aunque las rampas están diseñadas principalmente para personas con discapacidad, también benefician a personas mayores con dificultades para caminar, padres con carriolas o cochecitos para bebés, personas que transportan maletas, carritos de carga o bicicletas y personas con lesiones temporales que dificultan su movilidad.
Las rampas son esenciales en estaciones de transporte público, banquetas y cruces peatonales.
Su implementación mejora la movilidad de miles de personas y contribuye a la construcción de ciudades más accesibles y funcionales.
Para que una rampa sea funcional y segura, debe cumplir con ciertas especificaciones técnicas.
Las rampas para personas con discapacidad no solo son una necesidad para garantizar la accesibilidad, sino que también generan múltiples beneficios en términos de seguridad, inclusión y cumplimiento normativo.
Invertir en infraestructura accesible es una decisión que impacta positivamente en la calidad de vida de muchas personas y contribuye a la construcción de una sociedad más equitativa.