Trabajar los sentidos en los niños es esencial para su desarrollo integral, ya que la estimulación sensorial impulsa no sólo su percepción y comprensión del entorno, sino también el desarrollo cognitivo, emocional y social. A esta edad, los niños están en un periodo crítico de crecimiento, durante el cual exploran el mundo mediante los cinco sentidos: vista, oído, gusto, olfato y tacto. Cada sentido juega un papel importante en la forma en que los niños aprenden a interpretar su mundo, y la estimulación adecuada de estos sentidos puede ayudar a construir una base sólida para su aprendizaje y bienestar futuros. Cada sentido contribuye al desarrollo cognitivo del niño de manera específica: Vista: El sentido de la vista ayuda a los niños a reconocer formas, colores y tamaños. El sentido del oído es esencial para el desarrollo del lenguaje. El olfato está estrechamente ligado a la memoria. El sentido del tacto es fundamental para la coordinación motriz y la exploración espacial. Las actividades sensoriales son herramientas educativas que ayudan a los niños a comprender y procesar su entorno de manera segura y estimulante. Al trabajar cada uno de los sentidos, los niños pueden afinar habilidades fundamentales como la coordinación, la atención, el lenguaje y la memoria.