La accesibilidad en puertas de portal tiene que garantizarse para todos los vecinos.
Para que todas las personas, incluidas aquellas con algún grado de diversidad funcional, auditiva o visual, puedan utilizar los espacios comunes del edificio, hacen falta más medidas.
Por ejemplo, para evitar las dificultades en el tránsito por el portal, es necesario quitar todas las barreras que puedan haber por medio.
Los pasillos no pueden ser muy estrechos, los interruptores de las luces deben estar a una altura cómoda para todos, y los ascensores deben contar con acceso directo desde el portal.
Esta puerta de portal debe medir un mínimo que está marcado por la legislación.
El objetivo es que las personas con sillas de ruedas puedan utilizarla sin problemas.
El pavimento antideslizante en la entrada, la utilización de rampas en lugar de escalones, y los pasamanos a una altura adecuada son imprescindibles para que todos podamos hacer un buen uso de las zonas comunes.
Además, las puertas no pueden ser ni muy pesadas ni muy ligeras.
Con el fin de que puedan ser abiertas por todos los vecinos, pero que a su vez sean lo suficientemente resistentes para que no las fuercen extraños, los materiales de fabricación de las puertas deben cumplir ciertas características.
Pueden estar confeccionadas con materiales pesados, pero contar con elementos motores que faciliten su apertura y cierre.
Ni portazos al cerrarse, ni la necesidad de esfuerzo físico para abrirlas: con la instalación adecuada, una puerta resistente puede ser segura y cómoda al mismo tiempo.
Garantizar la accesibilidad en puertas de portal depende de muchos factores.
La modificación de estos, como instalar nuevas rampas o habilitar ascensores, pueden llevar a la comunidad a necesitar un cambio de puerta de portal que se ajuste a las nuevas medidas.