Para asegurar tu puerta contra robos, es recomendable que ésta tenga una clasificación RC2, que es la clase de resistencia mínima recomendada para residencias privadas. Esto hace que la puerta sea más resistente a los métodos habituales de efracción, como el forzamiento o la apertura con palanca. Equipar una puerta con medidas de seguridad adicionales suele ser mucho más barato que sustituirla por completo. Los sistemas de cierre de seguridad especializados, los marcos reforzados o el acristalamiento de seguridad pueden mejorar considerablemente la seguridad de una puerta existente. También pueden instalarse componentes adicionales, como barras de seguridad, cerraderos o cerraduras de bisagra, para aumentar la resistencia. En el caso de las puertas acristaladas, el doble acristalamiento es importante para una mayor seguridad, aunque la atención debe centrarse también en la calidad de la cerradura elegida, siendo ideal un cilindro de alta calidad y dispositivos de seguridad adicionales. Es aconsejable sustituir el cilindro de la puerta cuando se mude a una nueva vivienda, y también es importante considerar la seguridad de las ventanas cercanas a la puerta, ya que los ladrones podrían entrar por la ventana o utilizar una herramienta para accionar la manilla de la puerta y abrirla fácilmente. Además, la sensación de seguridad es subjetiva, por lo que, aunque ya tenga una puerta RC2, puede que sienta la necesidad de instalar tecnología de seguridad adicional para proteger a las personas que están dentro de su casa y mejorar su bienestar general.