En el caso de la puerta de entrada, el portal de la energía, se aconseja pintarla de azul y mantenerla siempre limpia. Además, y en lo posible, iluminar ese sector con un par de luces y una bola de Feng Shui.
Fáciles de conseguir, las opciones son múltiples. Algunas de las plantas que favorecen la protección de la casa si se las coloca en la entrada son la hierbabuena o menta de jardín, el helecho y el cactus.
Pero la especie más recomendada para proteger la entrada de la casa es el aloe vera, una suculenta que absorbe las energías negativas y evita que ingresen al hogar.
Para tener en cuenta: si no se tiene el tiempo suficiente para cuidar las plantas o cambiar los floreros, se recomienda evitar las versiones artificiales.
Para reemplazarlas se pueden colocar representaciones visuales, como pinturas o fotografías que reflejen la naturaleza.
Otra opción muy sencilla es colocar una ramita de canela en la puerta de la casa, que servirá para protegerse de la envidia y las malas energías.
De acuerdo al Feng Shui, el recibidor o la entrada de la casa es uno de los espacios más recomendados para instalar espejos ya que ayudan a activar el Chi.
Al colocarlos en ese espacio, ahuyentarán las malas vibras y evitarán que las energías negativas entren al hogar ya que las absorben.
Entre los amuletos más recomendados están las monedas doradas chinas –que pueden colocarse debajo del felpudo ubicado en la puerta de entrada–, la bola de Feng Shui, las golondrinas y el gato de la fortuna.
Considerado un animal sagrado en muchas culturas asiáticas, tiene múltiples significados que varían de acuerdo a su forma o su posición.
De acuerdo a la filosofía Feng Shui, en la puerta principal se debe ubicar un elefante con la trompa hacia arriba –que llama a la prosperidad- y apuntando hacia el interior de la casa ya que de lo contrario la suerte podría salir en lugar de ingresar.
Este objeto es clave para que circulen las malas vibras y sean atraídas las energías positivas.
Una de las mejores ubicaciones es en la puerta de entrada ya que, al abrirla y cerrarla, sonará, activando las energías que pueden encontrarse estancadas.
Los especialistas recomiendan no colgarlo de una cadena o una soga ya que creará inestabilidad.
Es preferible colocarlo con un gancho fijado al techo o a la puerta.