Los sistemas de control de acceso son una herramienta fundamental para garantizar la seguridad en diversos tipos de instalaciones, desde oficinas hasta entornos industriales. Estas soluciones permiten gestionar quién entra y sale de un espacio determinado, proporcionando un control preciso sobre el acceso a las áreas restringidas. Los sistemas de control permiten a las organizaciones y empresas definir quién puede ingresar a ciertas áreas, cuándo y en qué condiciones, proporcionando un alto nivel de control. Los sistemas de control de acceso son mecanismos que permiten controlar y gestionar quién puede ingresar a determinadas áreas, ya sea en edificios, instalaciones o incluso en plataformas digitales. Su principal función es garantizar la seguridad, evitando el acceso no autorizado a espacios sensibles. Además de proteger las instalaciones físicas, también se utilizan para controlar el acceso a la información, asegurando que solo las personas autorizadas puedan acceder a datos o equipos confidenciales. Los sistemas de control de acceso se dividen en dos grandes categorías según su funcionamiento y aplicación: Control de acceso físico y Control de acceso digital. El control de acceso físico se encarga de controlar el acceso a espacios físicos mediante dispositivos como tarjetas, lectores biométricos, códigos PIN, entre otros. El control de acceso digital se refiere a los sistemas utilizados para controlar el acceso a plataformas en línea, bases de datos o sistemas informáticos. Se valen de contraseñas, tokens, autenticación multifactor o tecnologías de biometría para asegurar que solo usuarios legítimos puedan acceder a la información.