Una despensa de cocina es un espacio donde se guardan aquellos alimentos que no precisan refrigeración, así como todo tipo de enseres y utensilios de cocina.
Una despensa integrada a la cocina se trata de un espacio de almacenaje separado de algún modo de la cocina, pero con solución de continuidad, normalmente a través de un cerramiento de cristal que deja el interior a la vista desde la propia cocina.
Cuando no se cuenta con espacio suficiente, la despensa puede formar parte de la cocina y consiste simplemente en estantes, muebles o herrajes donde colocar las botellas, alimentos o el menaje de un modo funcional y práctico.
Utilizar una gran variedad de elementos para facilitar la separación y organización de alimentos y utensilios: estantes, cajones, barras extraíbles, así como herrajes de cocina.
Usar los estantes o barras de acceso más complicado, por ejemplo los que estén situados en la parte superior, para colocar aquellos objetos que no se usan habitualmente.
Dar mucho protagonismo a los cajones extraíbles y de gran capacidad.
La iluminación de la despensa es también fundamental, para ello es imprescindible que la estancia cuente con una correcta iluminación general y especialmente intensa en la zona de las estanterías y cajones.
La óptima distribución de la despensa es, muchas veces, el factor de valor añadido que marca la diferencia entre una despensa aceptable con otra que realmente destaque por su practicidad y funcionalidad.
Existen también herrajes de cocina especialmente concebidos y diseñados para mantener ordenada nuestra despensa.
Separadores para cajones, muy útiles para la organización tanto de alimentos como de vajillas o productos de limpieza.
Organizadores de platos regulables, especialmente prácticos para guardar vajillas o utensilios que no usamos habitualmente.
Botelleros extraíbles, muy recomendables para despensas pequeñas.
Juegos de bandejas circulares o especiales para rincones, perfectos para optimizar el espacio y facilitar la organización en la despensa.