Puedes hacer una ventana privada sin cortinas con una combinación sencilla y perfecta para reflejar la luz que entra por el ventanal y olvidarnos de las cortinas. Una decoración sin complicaciones es suficiente.
Si cuentas con una repisa con cierto fondo delante de la ventana, aprovecha para exponer tus piezas más preciadas y personalizar el ambiente.
Puedes optar por poner cristales translúcidos, o decorativos e incluso una vidriera de colores, jugarás con los colores, dejarás pasar la luz y te ahorrarás las cortinas.
También puedes potenciar la ventana con un panel panorámico, una apertura de gran tamaño con un cristal fijo, que comunica visualmente interior y exterior a modo de pared transparente.
Otra opción es apostar por plantas que acepten sin problema la luz directa del sol.
Si no, asegúrate de que la ventana no reciba nunca sol directo pero sí luz.
Una buena solución es acristalar pero solo la mitad superior, dejando la inferior a modo de medio tabique y utilizarla para el mobiliario.
Puedes restaurar las contraventanas y mantenerlas, son de madera, a juego con la carpintería de la ventana.
Píntalas en blanco o en un color más intenso en función del estilo de la estancia.
Lo primero de todo es prescindir de las cortinas, después, pintar la habitación en un color claro; el blanco roto o los tonos arena son excelentes opciones.
Deja la ventana sin vestir, para permitir un mayor flujo de la luz y opta por textiles y detalles de aire marinero, que reforzarán esa sensación tan refrescante.
También puedes poner la cama con su correspondiente cabecero y sus mesillas y lámparas debajo de las ventanas, igual nos despierta temprano la luz del amanecer pero queda precioso.
La solución puede ser dormir con antifaz.