Las señales de alarma a tener en cuenta en esta etapa de la vida son: Olvidos frecuentes y desorientación.
Uno de los primeros signos de deterioro cognitivo es la pérdida de memoria a corto plazo.
Olvidar eventos recientes, conversaciones, o repetir preguntas varias veces puede ser una señal de alarma.
En algunos casos, las personas también pueden perderse en lugares familiares o tener dificultades para seguir indicaciones.
Ejemplos:
– Olvidar citas importantes o eventos familiares con frecuencia.
– Desorientarse en la ruta a casa o al trabajo.
– No recordar dónde dejaron objetos cotidianos como las llaves o el teléfono móvil.
El deterioro cognitivo puede afectar la capacidad para tomar decisiones, incluso en situaciones cotidianas.
Las personas pueden volverse indecisas o tomar decisiones irracionales.
También pueden tener dificultades para planificar tareas o manejar múltiples actividades al mismo tiempo.
La alteración del lenguaje es otra señal importante.
Las personas pueden tener problemas para encontrar las palabras correctas, seguir conversaciones o mantener el hilo de lo que están diciendo.
Esto puede generar frustración tanto para la persona afectada como para quienes la rodean.
Las personas con deterioro cognitivo temprano pueden mostrar cambios en su estado de ánimo o en su personalidad.
Pueden volverse más irritables, ansiosas o apáticas.
En algunos casos, pueden volverse más depresivas o mostrar signos de aislamiento social.
Tareas que antes eran sencillas pueden volverse complicadas.
Esto incluye cocinar, manejar el dinero, realizar el trabajo de manera eficiente o incluso seguir instrucciones simples.
También puede haber una mayor tendencia a cometer errores al realizar actividades cotidianas.
Algunas personas experimentan dificultades para interpretar lo que ven o para comprender relaciones espaciales.
Esto puede dificultar actividades como conducir, aparcar el coche, o simplemente calcular la distancia entre objetos.
Las señales de deterioro cognitivo pueden aparecer en el trabajo.
Una persona puede tener dificultades para cumplir con sus responsabilidades, recordar instrucciones o adaptarse a nuevos cambios tecnológicos o procesos.
Las quejas o advertencias por bajo rendimiento pueden ser una señal de que algo no va bien.
El deterioro cognitivo también puede manifestarse en la falta de atención sostenida.
Las personas pueden tener dificultades para concentrarse en tareas, seguir una conversación o recordar detalles de lo que han leído o escuchado recientemente.