El suelo de la habitación del niño es un lugar fundamental que requiere atención especial, ya que el bebé pasará mucho tiempo allí, especialmente durante sus primeros meses. Lo primero que hay que considerar es que el suelo sea higiénico y fácil de limpiar, descartando suelos de moqueta y alfombras que acumulan polvo y ácaros. Es importante asegurarse de que el suelo sea antideslizante para evitar accidentes domésticos. El suelo de linoleum es una excelente opción, ya que es ecológico, resistente y cuenta con características antiestáticas y antibacterianas que garantizan la seguridad del niño. La empresa sueca Forbo Flooring ofrece una gran variedad de colores y modelos de suelos de linoleum. No se recomienda incluir alfombras en el cuarto del niño durante los primeros dos años, pero después de este período, se pueden considerar alfombras lavables o de goma que son suaves y cómodas. Es fundamental también considerar la seguridad de los enchufes, que deben permanecer ocultos o protegidos con protectores de plástico para evitar que el niño se lastime.