Los sensores de movimiento funcionan reaccionando a diferentes señales derivadas del calor humano o animal, activándose al recibir radiaciones infrarrojas del ambiente en el que se encuentran, esto en caso de ser un sensor pasivo, sí, por el contrario, es activo este funcionará por la emisión de microondas. Estos elementos se ubican en la parte superior o lateral de las entradas y van conectados a un motor. Los sensores envían una señal para interrumpir el movimiento, abrir o cerrar, creando una zona de detección que identifica las presencias o movimientos, cuando hay ausencia de estas, el sensor deja de detectar y no interrumpe el recorrido del motor.
Los sensores pasivos funcionan enviando ondas ultrasónicas que tienen como función identificar un elemento que las obstaculice y les permita reflejar o regresarse. Los sensores activos suelen ser usados en puertas de negocios y unidades residenciales, detectan y miden la energía infrarroja, siendo capaces de identificar cualquier cuerpo que emita calor en un rango de 8 a 12 micrómetros. Estas funciones las realizan con la ayuda de un fotodetector que convierte la luz en longitudes de onda a una corriente eléctrica que viaja a través del sistema digital que se encuentra dentro del sensor; activando la alarma al reconocer una variación significativa en la distribución de la energía.
Los sensores de microondas constan de un emisor y receptor que transmiten ondas electromagnéticas, cuando hay una interrupción este la identifica y la envía a las tarjetas de control que interpretan las dimensiones del objeto que los ha atravesado y su velocidad. Hay sensores de microondas capaces de detectar si hay objetos en movimiento o se encuentran estacionarios en la zona de paso.