Los estudiantes con este estilo encuentran en el mundo sonoro una vía primordial para adquirir conocimientos y comprender su entorno.
Los alumnos con un estilo de aprendizaje auditivo tienden a absorber y procesar la información de manera más efectiva cuando se les presenta a través de sonidos, como la música, la voz, las conversaciones, las explicaciones verbales o los discursos.
Tienen una preferencia natural por la información que se les presenta oralmente.
Les gusta escuchar historias, explicaciones y discusiones en lugar de leer o ver material visual.
Poseen una buena memoria para la información que escuchan.
Pueden recordar fácilmente las instrucciones, las conversaciones y las melodías.
Pueden distraerse fácilmente por ruidos externos mientras intentan concentrarse en una tarea auditiva.
Sin embargo, también hay personas que se adaptan bien a los entornos ruidosos.
Aprenden mejor mediante la repetición.
Escuchar la misma información varias veces les ayuda a consolidar su comprensión y retención.
Disfrutan de las actividades que involucran sonido, como la música, el canto y los juegos de palabras.
Suelen tener una facilidad natural para aprender nuevos idiomas, pues son capaces de captar la pronunciación y las estructuras lingüísticas con mayor rapidez.
Desarrollan habilidades de comunicación verbal sólidas.
Aprenden a expresar sus ideas de manera clara y efectiva, lo que es beneficioso en todas las áreas de su vida.