Un niño con discapacidad visual no deja de ser un niño al fin y al cabo y querrá hacer lo mismo que hacen otros niños de su edad: jugar, cantar, saltar, bailar, leer historias o escucharlas. Escuchar música o bailar: la música es algo que puede disfrutar cualquier persona que no tenga una pérdida auditiva y con la tecnología de hoy en día todos podemos reproducir canciones en algún momento. Y el baile es una actividad física muy divertida que puede realizarse de manera segura en un espacio amplio y sin obstáculos. Escuchar historias: leer a un niño un cuento, poniendo voces para hacerle más entretenida la historia puede ser un momento realmente especial. Juegos de mesa: este tipo de actividades se dan en un ambiente divertido, emocionante o tal vez competitivo. Actualmente hay disponibles juegos de mesa y de cartas adaptados a personas con discapacidad visual o baja visión. La educación en niños con discapacidad visual es un asunto de suma importancia ya que casi el 100% de la información que se recibe del exterior es a través de la vista. Los estímulos de los niños en el aula se darán en función del tipo de discapacidad visual que tengan. En caso de ceguera total debe favorecerse el desarrollo perceptivo de los demás sentidos siendo vital el tacto intencional.