El diseño universal se entenderá como el diseño de productos, entornos, programas y servicios que puedan utilizar todas las personas, en la mayor medida posible, sin necesidad de adaptación ni diseño especializado.
El diseño universal o diseño para todas las personas es la actividad por la que se conciben o proyectan desde el origen, y siempre que ello sea posible, entornos, procesos, bienes, productos, servicios, objetos, instrumentos, programas, dispositivos o herramientas, de tal forma que puedan ser utilizados por todas las personas, en la mayor extensión posible, sin necesidad de adaptación o diseño especializado.
El diseño universal o diseño para todas las personas no excluirá los productos de apoyo para grupos particulares de personas con discapacidad, cuando lo necesiten.
El concepto permite tomar como base la diversidad para crear, desde el inicio, productos, entornos, programas y servicios, adaptados a todas las personas.
El ámbito en el que se debe aplicar, entre otros muchos aspectos, el diseño para todos o diseño universal, incluye telecomunicaciones y sociedad de la información, espacios públicos urbanizados, infraestructuras y edificación, transporte, bienes y servicios a disposición del público, relaciones con las administraciones públicas, administración de justicia, patrimonio cultural y empleo.
Los principios del diseño universal son uso equitativo, flexibilidad en el uso, uso simple e intuitivo, información perceptible, tolerancia al error, bajo esfuerzo físico, tamaño y espacio para el acceso y uso.
No hay respuestas a la pregunta de por qué no se aplica el diseño universal en muchos casos, pero se puede reflexionar sobre aspectos clave que permitan visibilizar la importancia de este concepto.
Es importante que las administraciones locales tomen en cuenta el diseño universal en sus actuaciones para garantizar la igualdad de oportunidades para todos.
Se puede hacer comentarios y reflexionar sobre este tema a través de redes sociales.