La temperatura de color se mide en grados Kelvin y define la tonalidad de la luz.
Luz cálida, genera una sensación acogedora y relajante, similar a la luz de una vela.
Luz neutra, equilibrada y natural, ideal para espacios que requieren buena visibilidad sin ser demasiado fría ni cálida.
Luz fría, estimula la concentración y proporciona mayor brillo, semejante a la luz del día en exteriores.
Cada temperatura de color tiene una aplicación ideal según el tipo de estancia y el efecto que se desea lograr.
Blanco cálido, ambientes acogedores, perfecta para dormitorios, salas de estar, comedores, hoteles y restaurantes.
La luz cálida favorece la relajación y crea un ambiente confortable, ideal para momentos de descanso y socialización.
Blanco fría, mayor concentración y seguridad, ideal para espacios que requieren alta visibilidad y activación mental.
Blanco neutro, versatilidad y equilibrio, recomendada para oficinas, tiendas y comercios, salas de estudio y espacios de uso general.
La luz neutra es la más parecida a la luz natural del día y resalta los colores sin distorsionarlos.