La puerta acorazada es más segura que la blindada frente a ataques externos, eso es evidente.
Sin embargo, la única diferenciación que debemos hacer en materia de seguridad no es el tipo de puerta, sino qué clase o grado de resistencia tiene.
En 2013, la normativa española UNE-85160 dejó de diferenciar entre los términos de puertas acorazadas o puertas blindadas y pasó a denominarlas como puertas de seguridad.
Estas puertas se basan en el grado de seguridad y resistencia frente a ataques y están certificadas mediante ensayos y normativa.
La seguridad de las puertas no se mide por materiales o conceptos, sino por clases certificadas.
Para ello debes valorar las clases certificadas, que nos permiten conocer qué tipo de ataques pueden evitar gracias a los ensayos de seguridad.
Clase 1 y 2
Las clases 1 y 2 no son apenas resistentes frente a ataques del exterior, siendo fácilmente violables con ataques básicos mediante palancas o ganzúas profesionales.
En estos tipos de puertas se encuentran la mayoría de puertas blindadas y muchas puertas acorazadas que no han llegado a clases superiores.
La clase 3 es la que marca la denominación de puerta de seguridad.
La clase 4 y la clase 5 también están catalogadas como puertas de seguridad y ofrecen una protección y resistencia mayor que las de clase 3.
Son unas puertas que brillan por su robustez, diseño y que han demostrado mediante ensayos que están verdaderamente preparadas para proteger del robo frente a asaltantes experimentados con herramientas profesionales.