Los suelos arenosos, como son más sueltos son fáciles de trabajar pero tienen pocas reservas de nutrientes aprovechables por las plantas.
Los suelos limosos tienen gránulos de tamaño intermedio son fértiles y fáciles de trabajar.
Los suelos arcillosos son pesados, no drenan ni se desecan fácilmente y contienen buenas reservas de nutrientes.
Son fértiles, pero difíciles de trabajar cuando están muy secos.
El contenido de nitrógeno, fósforo, potasio, calcio y magnesio debe ser abundante y equilibrado.
En el Trópico de Cochabamba existen cuatro clases de suelos según la textura.
Un suelo ácido es aquel que presenta ciertos elementos químicos de carácter ácido en mayor proporción que otros.
Un suelo neutro es cuando presenta porcentajes equilibrados y disponibilidad de los elementos químicos primarios y secundarios.
El boro, aluminio, zinc, hierro y litio también están presentes en menor proporción.
Un suelo salino o alcalino es aquel que presenta azufre, calcio, magnesio, manganeso y molibdeno en mayor proporción que otros compuestos.
Estos elementos, cuando se encuentran en concentraciones mayores, hacen que un suelo sea salino o alcalino.
El suelo es donde caminamos los humanos y los animales, en el suelo crecen las pequeñas y grandes plantas, por el suelo corre el río, en el suelo los humanos y los animales hacen sus casas, en el suelo hacemos nuestro chaco donde sembramos las plantas que dan alimentos para comer.
Los suelos tienen vida, ahí adentro viven lombrices, hongos y bacterias y, a la vez, proporcionan vida a plantas, animales y seres humanos.